¿Qué tipos de albañilería existen?

Si estás considerando reformar tu casa o propiedad, deberás pensar en algo más que en el aspecto final que tendrá una vez realizada la obra. Entre otras muchas cuestiones, deberás considerar qué tipo de albañilería será más adecuada para tu proyecto, ya que esto determinará cuáles serán tus próximos pasos y qué riesgos afrontarás si el proyecto sale mal.

La buena noticia es que la mayoría de los materiales son bastante fáciles de trabajar, aunque cada uno requiere su propio enfoque. En este artículo, desde Tubo-Plástica hablamos de los diferentes tipos de albañilería y sus aplicaciones.

¿Por qué el tipo de albañilería es importante para tu proyecto?

La piedra es la piedra, ¿verdad? Si las superficies de las que tienes que ocuparte son de piedra, ¿importa realmente saber algo más que eso? Lo cierto es que sí. Si estás lavando a presión piedra caliza, por ejemplo, es posible que tengas que utilizar un chorro mucho más suave que si estuvieras limpiando piedra moldeada.

Si no conoces el tipo de albañilería que compone tu casa o paisaje, podrías acabar causando un daño permanente a las superficies, aunque intentes ser cuidadoso. Esto puede ir desde dejar marcas hasta simplemente malgastar dinero en el tipo de masilla equivocado que no se adhiere bien a la superficie con la que estás trabajando.

Diferentes tipos de albañilería

Los ladrillos son los materiales de albañilería más frecuentes, aunque se pueden utilizar muchos otros recursos, como la piedra y los bloques de hormigón.

Albañilería con piedra

La albañilería con piedra es bastante común en el mundo de la construcción, pero no todas las piedras son iguales. La piedra moldeada, el bloque gris estándar que se ve frecuentemente, es bastante robusto y puede soportar un gran peso o presión. Por el contrario, las piedras como el granito, el mármol, la caliza o la arenisca necesitan mucha menos presión (o casi ninguna) al ser lavadas, y el granito requiere una masilla diferente a la de la piedra moldeada.

Asegúrate de investigar a fondo el tipo de material que tienes antes de comprometerte a cualquier compra o a grandes planes.

Albañilería con hormigón

El hormigón es casi omnipresente en el mundo actual, por lo que es probable que ya conozcas su aspecto. Comienza como un líquido que se vierte en un marco, donde luego se comprime. Este proceso de compresión aumenta su resistencia.

Aunque los distintos tipos de bloques de hormigón desempeñan tareas diferentes (pilares, esquinas, etc.), todos son muy resistentes y pueden lavarse e impermeabilizarse sin demasiadas preocupaciones.

Albañilería con ladrillo

Los ladrillos son más ligeros que la piedra y el hormigón, por lo que suelen ser una opción popular. Sin embargo, los hoyuelos y las marcas de viruta característicos de los ladrillos pueden causar algunos problemas en los proyectos de mejora del hogar si no se tiene cuidado.

Una manguera a presión de alta potencia puede aumentar estos hoyos y saturar el ladrillo, causando daños por agua en el otro lado (interior) de la pared. Aunque puedes lavar a presión el ladrillo si tomas las precauciones necesarias, es mejor dejar esta tarea a los profesionales con experiencia.

También tendrás que informarte sobre el mortero que se aplica entre los ladrillos, ya que es una parte importante para mantener la humedad y las plagas fuera de tu casa, así como la manera de mantener su integridad estructural, asegurando que todos los ladrillos soportan el peso por igual.

No podemos dejar de mencionar los muros de contención dentro de la albañilería. Se utilizan para retener la tierra u otros elementos no deseados en un espacio determinado. Lo más habitual es que los muros de contención sean de piedra e incluyan cables que mantengan las piedras en su sitio. Los muros de contención tienden a inclinarse hacia atrás para reducir la presión sobre los alambres. Por lo general, siempre que lo que se haga no interfiera con el soporte de carga de un muro de gaviones, se puede lavar a presión e impermeabilizar libremente.

En resumen, el ladrillo, la piedra y el hormigón proporcionan una base sólida y atractiva que perdurará en el futuro y son los principales tipos de albañilería que existen.

Entonces, ¿cuál es mejor? La respuesta a esta pregunta dependerá en gran medida del proyecto que tengas en mente, según el estilo, las necesidades y la ubicación de la estructura.

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