Es habitual que en muchos hogares se produzca condensación en las ventanas. La humedad es una de las principales causas por las que se produce este problema, que es más común de lo que parece.
Hoy en TuboPlástica te explicamos de forma detalla por qué se produce y cómo puedes evitarla.
¿Cómo se produce la condensación de las ventanas?
En invierno, la combinación de bajas temperaturas y el aumento del nivel del agua (humedad) produce que las ventanas se condensen. Es decir, el contacto entre las frías temperaturas del exterior con los elementos de la ventana como el vidrio y el perfil, se condensan si no son los adecuados.
Podemos afirmar que el elemento principal por el que la condensación sea mayor o menor será la calidad de los componentes de la ventana.
Cuando el vidrio de ésta es de doble acristalamiento y bajo emisivo, la condensación será menor que con un vidrio simple. Además, podemos encontrar varios tipos de condensación si el cristal es de doble. Por un lado, en el interior de la cámara, en el vidrio interior o en el vidrio exterior.
El perfil de ésta también puede influir en que la condensación sea mayor o menor. Tanto el material como las hojas de la ventana y sus cámaras de aislamiento, como el nivel de impermeabilidad de agua e incluso la ventilación interna del cerramiento influirán en este hecho.
Es importante conocer que, aunque tengamos buenas ventanas, en ocasiones también pueden aparecer condensaciones pero no por la ventana, sino por la falta de ventilación.
Identifica cuando están condensadas las ventanas
En los días más fríos, los cristales de la ventana se mojan, produciendo vaho. En algunas ocasiones incluso pueden aparecen gotas de agua que pueden entrar en tu vivienda si no cuentas con un sistema de ventanas adecuado.
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Si las ventanas se condensan, puede ser más complicado mantener una temperatura óptima en la estancia. Además, si esto ocurre significa que la ventana no está aislando correctamente la habitación, provocando que la temperatura no sea estable y aumentando el gasto de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano.
Soluciones a la condensación
Para poder solucionar este problema, es indispensable que obtengas unas ventanas de calidad. Evita las ventanas metálicas y opta por las de PVC. Estas últimas cuentan con un buen nivel de aislamiento térmico.
Además, es preferible que incluyan sistemas de ventilación controlada y que las instales con vidrios bajo emisivos. Cuando hablamos de vidrios bajo emisivos nos referimos a los vidrios que reducen las pérdidas de calor desde el interior, mejorando en un 35% su capacidad de aislamiento térmico.
Por otro lado, no debes olvidar ventilar diariamente la estancia, de 5 a 10 minutos por la mañana para reducir así la humedad interior.
Instala doble ventana ya que con las sencillas las pérdidas de calor son cuatro veces mayor.
Las ventanas suelen ser uno de los puntos más vulnerables de pérdida de calor. Para evitar esta pérdida es necesario contar con una carpintería de calidad, evitando los puentes térmicos (puntos donde se produce traspaso de temperatura). Con las ventanas de PVC evitamos los puentes térmicos porque, a diferencia del aluminio, este material no es conductor.
Cuando las ventanas presentan cámara de aire significa que tienen doble acristalamiento, así se evitan escapes de un 40% del calor.
Si nuestra vivienda cuenta con un buen aislamiento término, no sólo conseguiremos evitar la condensación de ventanas sino que retendremos el calor que se produce con la calefacción en invierno. Podemos evitar desperdiciar hasta un 30% de energía, reduciendo así de manera considerable la factura eléctrica y las emisiones de CO2.